26 de octubre de 2024 - Sábado de la 29ª semana (años pares)
Homelía
Hoy en día ocurren tantos accidentes y catástrofes como los mencionados en la primera parte de este Evangelio, que no creo que nadie se incline a pensar que las víctimas de estos sucesos son pecadores a los que Dios quería castigar. Quizá nos inclinamos más a decir, cuando nos ocurre algo doloroso o grave: « ¿Qué le habré hecho yo a Dios para que me pase esto? Evidentemente, ésta es una forma errónea de imaginar a Dios, para quien el mal no es algo que haya que explicar, sino algo que hay que eliminar. Por eso, cuando le presentaron a un ciego y le preguntaron si había nacido ciego a causa de sus propios pecados o de los de sus padres, Jesús se negó a responder a la pregunta y se contentó con curar al ciego.