Homilías de Dom Armand Veilleux en español.

15 de abril de 2025 - Martes Santo

Isaías 49:1-6; Juan 13:21...38         

Homilía

En estos últimos días de Cuaresma antes del Triduo Pascual, las lecturas de la Misa nos introducen definitivamente en los aspectos del Misterio Pascual que celebraremos en los próximos días.

          En primer lugar, en la primera lectura, tenemos uno de los más bellos poemas del profeta Isaías. Es el segundo canto del Siervo, hacia el final del Libro de la Consolación de Israel. Este Libro de la Consolación de Israel, que constituye la segunda parte del Libro de Isaías, fue compuesto durante la deportación a Babilonia, tras la destrucción del Templo, y anuncia ya la esperanza del retorno. Es un poema que describe el sufrimiento del Siervo de Yahvé, pero también canta su plena confianza en Dios. Es un poema de confianza en el sufrimiento.

          En cuanto al pasaje del Evangelio de Juan que acabamos de leer, describe la última cena de Pascua que Jesús tuvo con sus discípulos, un relato que se abre trágicamente con la mención de la traición de Jesús por Judas y que termina con la negación de Pedro.

          A lo largo de los Evangelios, y en particular en los relatos leídos en la Eucaristía de las últimas semanas, hemos visto crecer la oposición de los fariseos y de los sumos sacerdotes a Jesús y hemos visto su determinación de hacerlo matar. Esto queda muy claro en el relato de la pasión. Ahora bien, lo que hace que este desenlace sea aún más trágico es que se logra a través de la traición de uno de los amigos más cercanos de Jesús, uno de sus doce Apóstoles, con el que celebra la fiesta de la Pascua.

          Preparemos, pues, nuestros corazones para entrar en este Triduo Pascual, durante el cual recordaremos todo lo que Jesús tuvo que sufrir por nosotros, pero con la mirada puesta ya en la gloria de su resurrección.

Armand Veilleux

14 de abril de 2025 -- Lunes de Semana Santa

Isaías 42:1-7; Juan 12:1-11

Homilía

          Este relato del Evangelio de San Juan es muy similar a otro que Mateo y Marcos sitúan inmediatamente antes de la Pasión. El Evangelio de Juan fue ciertamente escrito mucho después de los Sinópticos, pero debe ser un registro preciso de un evento que fue contado en las Iglesias bajo la influencia de Juan. Los amigos íntimos de Jesús, especialmente Marta, María y Lázaro, son tan importantes en el Evangelio de Juan que no pudo haber inventado esta historia o incluso arreglarla para poner a Marta, María y Lázaro en el centro de la narración.

Domingo 5º de Cuaresma (C )

6 de abril de 2025 -- 5º Domingo de Cuaresma "C”

Is 43:16-21; Fil 3:8-14; Jn 8:1-11

Homilía

Si te acusa tu corazón, Dios es más grande que tu corazón, y Él lo conoce todo”.  Cuando escribía Juan esto en una de sus Cartas, tal vez pensaba en la escena que nos narra en el Evangelio que hoy hemos escuchado.

13 de abril de 2025 - Domingo de Ramos "C”

Is 50:4-7; Fil 2:6-11; Lc 22:14-23,56

Homilía

          En este Domingo de Ramos leemos el relato de la Pasión según el evangelista Lucas. Como sabemos, Lucas es el evangelista de la misericordia. La tradición de la Iglesia primitiva que nos transmite en su Evangelio es la del amor infinito de Dios manifestado en Jesucristo. Ninguno de los evangelistas ha percibido y expresado mejor la sensibilidad del amor del Padre, que se manifestó en Jesús, especialmente hacia los pobres, los que sufren, los marginados por la sociedad. A lo largo del Evangelio, Lucas destaca la preocupación de Jesús por los débiles, por los huérfanos y las viudas, y también por los pecadores. En este contexto es bueno escuchar al Papa Francisco expresar repetidamente su sueño de una Iglesia pobre para los pobres y su llamada a introducir la ternura en todas las relaciones humanas.

          Esta misma preocupación de Lucas, que se encuentra en todo su Evangelio, se manifiesta de manera muy especial en el relato de la Pasión que acabamos de escuchar. Pero, en primer lugar, Lucas nos revela la intimidad de la relación de Jesús con su Padre, por ejemplo en su oración en el Huerto de los Olivos (22,42). Incluso la cruz es sobre todo, para Lucas, el sacramento por excelencia del amor y la misericordia divinos. Insiste menos que los otros evangelistas en los aspectos dolorosos y crueles de la Pasión. Por ejemplo, no menciona la flagelación ni la coronación de espinas, ni otros elementos que tienden a subrayar la culpabilidad de los actores de este drama. Más bien quiere mostrar el amor del Padre por su Hijo y por todos los hombres, incluso en esta situación de dolor. Aquí, Jesús no aparece abandonado en el Calvario. Le acompañan sus familiares y amigos. En lugar de la cita del Salmo 21 que aparece en Mateo y Marcos ("Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?" - Mt 27,46; Mc 15,34), Lucas pone en boca de Jesús la expresión de confianza sin reservas del Salmo 30,6: "Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu".

          Lucas no sólo presenta a Jesús como la víctima inocente, cuya inocencia es reconocida por Pilato y Herodes (23:4, 13-15, 20-22), sino que también lo describe en una actitud de comprensión y perdón misericordiosos. Casi todos son perdonados o excusados de alguna manera. Jesús cura la oreja de uno de sus agresores, herido por Pedro. De todos sus verdugos dice a su Padre: "Perdónales, porque no saben lo que hacen" (23,34). El centurión es un hombre recto que reconoce que "seguramente este hombre era justo" (23:47) y toda la gente vuelve a golpearse el pecho. Incluso Herodes y Pilato se reconciliaron aquel día (23:6-12).

          Lucas concibió así su relato de la pasión como una contemplación de la misericordia de Dios manifestada en Jesús. Al principio del Evangelio, durante su primera predicación en Nazaret, cuando Jesús había leído el texto del profeta Isaías: "El Espíritu del Señor está sobre mí... me ha enviado a anunciar la buena noticia a los pobres... a los cautivos la libertad... y a proclamar un año de aceptación por parte del Señor", había dicho, dejando el libro en su sitio: "Hoy se cumple esta escritura". Este relato abrió un bucle que se cierra al final del Evangelio, al final del relato de la pasión, cuando Jesús repite este "hoy". Hoy -dice al ladrón convertido- estarás conmigo en el paraíso. Todo se ha cumplido. La misericordia se ha cumplido. Acerquémonos todos a esta fuente de misericordia con confianza.

Armand Veilleux

5 de abril de 2025 : Sábado de la 4ª semana de Cuaresma

Jer 11:18-20; Juan. 7:40-53

Homilía

San Juan tiene el don de terminar una historia con una frase muy corta que parece intrascendente pero que está cargada de un profundo significado simbólico. He aquí algunos ejemplos. Al principio del Evangelio, cuando relata el primer encuentro de los discípulos con Jesús, concluye diciendo: "Eran las cuatro de la tarde". Del mismo modo, en el relato de la Última Cena, después de la salida de Judá, Juan concluye con: "Era de noche". Asimismo, en el texto que acabamos de leer, tras la descripción de la multitud y la discusión de los fariseos con Jesús, dice: "Cada uno se fue a su casa".

8 de abril de 2025 - Martes de la 5ª semana de Cuaresma

Num 21,4-9; Jn 8,21-30 

H o m e l i a

          A lo largo de este tiempo de Cuaresma, las lecturas bíblicas, que nos invitan a la conversión, nos han hablado de la experiencia del desierto, durante la cual, durante cuarenta años, Dios formó y transformó a su pueblo. 

3 de abril de 2025 -- Homilía del jueves de la cuarta semana de Cuaresma

Éxodo 32:7-14; Juan 5:31-47

Homilía

Hace unos días, las lecturas de la misa nos presentaban la actitud abierta de Dios que viene a nosotros "He aquí que vengo..." y de María que se deja tomar por Dios: "He aquí la esclava del Señor".

En los textos de hoy vemos justo lo contrario. Primero los Hebreos, que, desde los primeros meses de su huida de Egipto y su marcha por el desierto, se rebelan contra Dios y se hacen un ídolo. En el Evangelio, Jesús se enfrenta a la incredulidad de los Judíos.

Estos textos nos invitan a hacer un examen de conciencia. ¿Cuál es la calidad de mi fe? Leemos las Escrituras todos los días, como lo hacían los Judíos a los que Jesús les hablaba: "Ustedes escudriñan las Escrituras porque creen que en ellas encontrarán la vida... Y si no encuentran la vida en ellas", les dijo Jesús, es porque no tienen el amor de Dios en ellos.

Recemos para que el amor de Dios, que ha sido derramado en nuestros corazones por el Espíritu Santo, sea eficaz en cada uno de nosotros.

Armand Veilleux