Homilías de Dom Armand Veilleux en español.

13 de marzo de 2025 - Jueves de la 1ª semana de Cuaresma

Ester 4,17; Mateo 7:7-12.

Homilía

          La oración de la reina Ester, que hemos escuchado en la primera lectura, es sin duda una de las más bellas del Antiguo Testamento. Está llena de confianza en Dios y de fidelidad a la fe del pueblo de Israel. Pero aún estamos muy lejos de una oración cristiana. Ester está a punto de reunirse con el rey Asuero para intentar salvar a su pueblo y le pide a Dios que ponga en el corazón del rey "odio hacia nuestro enemigo para que perezca él y todos los que están con él".

9 de marzo de 2025 - 1er domingo de Cuaresma "C"
Deut 26, 4-10; Rom 10, 8-13; Luc 4, 1-13 

H O M I L I A

Durante la noche de la Navidad de 1993 un grupo de “hermanos de la montaña” se presentó en el monasterio de Tibhirine, en Algeria. Su jefe Saya Attiya presentó tres solicitudes   al prior, padre Christian de Chergé quien respondió negativamente a cada una de ellas. Cuando Attiya le dijo que los monjes no tenían opción, el padre Christian respondió “Sí, nosotros tenemos la opción”. Attiya se retiró…en el momento preciso, podríamos decir. Pues, bien sabemos lo que ocurrió después.

13 de febrero de 2025 - Jueves de la 5ª semana ordinaria

Gn 2,18-25; Mc 7,24-30

HOMILÍA

          Este Evangelio nos revela muchas cosas, tanto sobre la persona de Jesús como sobre la oración. Además, nuestra actitud ante la oración suele revelar bastante bien la imagen que tenemos de Dios y de Cristo.

16 de febrero de 2025 -- 6º domingo «C

Jer 17,5-8; 1 Cor 15,12...20; Lc 6,17...26

Homilía

          La cuestión de la felicidad y la infelicidad es tan antigua como las colinas. Desde el comienzo mismo del Génesis, la desgracia, fruto del pecado, priva de felicidad al hombre y a la mujer creados a imagen de Dios y partícipes de su felicidad eterna. Maldita la serpiente que los engañó; maldito el suelo sobre el que se arrastra y que tendrán que cultivar para obtener su alimento; maldito Caín, que mató a su hermano y, finalmente, malditos más tarde todos los que atacan al pueblo que Dios eligió para sí. (Todo el Antiguo Testamento está salpicado de este tipo de «maldiciones»).

11 de febrero de 2025 - Martes de la 5ª semana del tiempo ordinario

Gen 1,20 - 2,4a: Mc 7,1-13

Homilía

          En el Evangelio, Jesús recuerda, tanto a la muchedumbre que acude a él como a los fariseos y escribas, que la pureza que cuenta ante Dios no es la «pureza ritual» de la que se preocupaban las antiguas religiones, incluida la de Israel, y que se esforzaban por alcanzar mediante ritos y prácticas cultuales, sino la pureza del corazón.

          Hay una dimensión espiritual en el ser humano que no puede ignorarse. Una cierta forma de religiosidad, vinculada a un periodo agrario de la civilización -y que se había perpetuado durante varios milenios- fue en cierta medida barrida por el desarrollo de las revoluciones industrial y tecnológica y luego por la llegada de la era de la comunicación y de la información. En lugar de lamentarnos por el declive de una forma de «práctica» religiosa, podemos verlo como un desafío: el desafío de permitir que la novedad del Evangelio se desarrolle más plenamente en nuestros días, para que la dimensión espiritual del ser humano se exprese cada vez más plenamente en la autenticidad de la vida cotidiana, en particular a través de obras de justicia y de compartir, en lugar de a través de ritos vinculados a otra etapa cultural de la humanidad.

          Jesús ya había explicado que la pureza de corazón, que se manifiesta en todas las facetas de la existencia cotidiana, debe sustituir a la pureza ritual de las religiones primitivas, que implicaba una distinción entre lo profano y lo sagrado y una distinción entre personas puras y... otras. Esta distinción entre lo sagrado y lo profano era lo que permitía a Israel considerarse superior a todos los demás pueblos. En el Evangelio de hoy, se acusa a los discípulos de Jesús de no respetar esta separación entre lo puro y lo impuro. Jesús nos llama a superar esta forma de religiosidad.

          Dejemos que la Palabra de Dios penetre en nuestro «hoy» personal y colectivo y nos interpele a una conversión siempre renovada de nuestra manera de ser.     

Armand Veilleux

14 de febrero de 2025 - Viernes de la 5ª semana ordinaria

1R 11, 29-32. 12:19; Mc 7:31-37

Homilía

          Los Evangelios rara vez nos muestran a Jesús fuera del territorio de Israel. En los pasajes del Evangelio de Marcos que hemos estado leyendo estos días, Jesús había ido a la región de Tiro, al norte del lago de Galilea. Era una región fronteriza, con una población mixta, en su mayoría de religión pagana. Allí había curado a la hija de la mujer sirofenicia. Y al principio del texto de hoy, le vemos salir de Tiro, pasar por Sidón, hacia el lago de Galilea e ir directamente a tierra pagana, a la federación de diez ciudades llamada la Decápolis.

16 de febrero de 2025 -- 6º domingo «C

Jer 17,5-8; 1 Cor 15,12...20; Lc 6,17...26

Homilía

          La cuestión de la felicidad y la infelicidad es tan antigua como las colinas. Desde el comienzo mismo del Génesis, la desgracia, fruto del pecado, priva de felicidad al hombre y a la mujer creados a imagen de Dios y partícipes de su felicidad eterna. Maldita la serpiente que los engañó; maldito el suelo sobre el que se arrastra y que tendrán que cultivar para obtener su alimento; maldito Caín, que mató a su hermano y, finalmente, malditos más tarde todos los que atacan al pueblo que Dios eligió para sí. (Todo el Antiguo Testamento está salpicado de este tipo de «maldiciones»).