En los dos primeros capítulos de su Evangelio, Lucas nos presenta todos los grandes temas de su Evangelio. Demuestra su profundo conocimiento del Antiguo Testamento, extrayendo de él un gran número de imágenes que le sirven para sus relatos altamente simbólicos.
Una cosa que me llama la atención de las lecturas de los Hechos de los Apóstoles que tenemos en este tiempo de Pascua es que había muchas maneras de hacerse cristiano durante esa primera generación cristiana, como vimos el sábado pasado. También es fascinante ver cómo la comunidad de creyentes se convirtió gradualmente en una iglesia y fue desarrollando estructuras en respuesta a nuevas situaciones y necesidades.
Las lecturas de los Hechos de los Apóstoles que tenemos como primera lectura en las misas de este tiempo de Pascua no son simplemente bellos relatos que nos dan una idea de cómo se desarrolló la Iglesia en la primera generación cristiana. También nos hablan de la propia naturaleza de la Iglesia. Estos textos nos muestran que había muchas maneras de convertirse en cristiano.
Una cosa que me llama la atención de las lecturas de los Hechos de los Apóstoles que tenemos en este tiempo de Pascua es que había muchas maneras de hacerse cristiano durante esa primera generación cristiana, como vimos el sábado pasado. También es fascinante ver cómo la comunidad de creyentes se convirtió gradualmente en una iglesia y fue desarrollando estructuras en respuesta a nuevas situaciones y necesidades.
Como vimos la semana pasada, los Hechos de los Apóstoles nos ofrecen una descripción maravillosamente realista de las interacciones e incluso de las tensiones dentro de la primera comunidad cristiana de Jerusalén. Hemos visto cómo Bernabé fue a Tarsis a buscar a Pablo y cómo trabajaron juntos antes de separarse y continuar su labor evangelizadora, cada uno por su cuenta. Hoy vemos las dificultades de Pablo con los judíos de Atenas y sus primeras dificultades con la justicia romana. Afortunadamente, en esta ocasión, todo acaba bien. No siempre será así, como sabemos.
La comunicación es esencial para el ser humano, de la que la dimensión social es un elemento constitutivo. Hoy en día, la comunicación no sólo conserva toda la importancia que siempre ha tenido en la vida humana, sino que también ha sido tomada por quienes ejercen o quieren ejercer el poder. No hace muchos años, el poder en la sociedad estaba en manos de quienes controlaban el dinero o el "capital". Hoy está en manos de quienes controlan la comunicación. Por eso es importante reflexionar sobre el significado de la comunicación en el plan de Dios. ¿No envió Jesús a sus discípulos a comunicar su mensaje a todas las naciones? ¿Cuál es el significado de esta comunicación? Los textos bíblicos de la Eucaristía de hoy arrojan luz sobre esto.
Este es el cuadragésimo día de nuestra celebración de la Pascua del Señor, que terminará dentro de diez días con la solemnidad de Pentecostés. Lo que celebramos hoy, en la fiesta de la Ascensión, es sólo una faceta del mismo misterio pascual. No fue hasta el siglo V cuando los cristianos empezaron a celebrar litúrgicamente la Ascensión como una fiesta separada de la Resurrección. Estas dos fiestas son, de hecho, simplemente dos facetas del mismo misterio.