Homilías de Dom Armand Veilleux en español.

13 de octubre de 2025 : lunes de la 28ª semana del Tiempo Ordinario

Rom 1,1-7; Lucas 11:29-32

Homilía

          El profeta Jonás fue enviado por Dios a los paganos de la ciudad de Nínive. Pero no quiso tener esta misión y huyó a la ciudad de Tarsis. Esto, como sabemos, le llevó a él y a todos sus compañeros a una terrible tormenta. En medio de esta tormenta, reconoció su pecado y aceptó -incluso pidió- ser arrojado al mar para calmar la ira de Dios. Fue entonces cuando comenzó una experiencia de soledad, simbolizada por el tiempo que pasó en el vientre de un gran pez, antes de comenzar finalmente su misión de predicar un mensaje de arrepentimiento. Sin embargo, le resultaba imposible entender que una ciudad pagana pudiera convertirse a Dios; y cuando lo hizo, se molestó. Como sabemos por el resto de la historia, Dios le hará comprender, a través de la imagen de la planta que crece un día y muere al siguiente, que tiene el mismo amor misericordioso por la ciudad pagana de Nínive que por el pueblo de Israel.

12 de octubre de 2025 -- 28º domingo "C”

2 Reyes 5-14-17; 2 Timoteo 2:8-13; Lucas 17:11-19

Homilía

          El tema de las lecturas del domingo pasado fue la fe ("Si tuvieras fe, tan grande como un grano de mostaza, le dirías a este árbol 'arráncate y vete a plantar al mar' y te obedecería"). Las lecturas de hoy de la Palabra de Dios nos hablan de una dimensión de la fe o, si lo prefieres, de una consecuencia de la fe: la curación. Tanto la primera como la tercera lectura nos hablan explícitamente de la curación, y de la curación por la fe.

7 de octubre de 2025

Martes de la 27ª semana ordinaria

Jon 3, 1-10; Lc 10:38-42.

Homilía

          En el Evangelio, nunca vemos a Jesús organizando grandes fiestas a las que invitaría a las multitudes o incluso sólo a sus amigos. En cambio, aparece como el extranjero que necesita la hospitalidad de los demás. Incluso para la Última Cena, su última comida con sus discípulos, es recibido en la casa de un extraño. Los publicanos le reciben a la mesa en sus casas. Acepta la invitación de los fariseos. Dondequiera que vaya, lleva un mensaje, ofrece una palabra.

10 de octubre de 2024 -- Jueves de la 27ª semana par

Génesis 3:1-5; Lucas 11:5-13

Homilía  

          En la sección del Evangelio de Lucas que hemos estado leyendo en el leccionario meridiano durante los últimos días, Lucas describe la subida de Jesús a Jerusalén y sitúa acontecimientos que los otros evangelistas han situado en otros momentos de la vida de Jesús. Esta sección también incluye historias que sólo cuenta Lucas. Este fue el caso del Evangelio del Buen Samaritano y del de Marta y María. En el texto que acabamos de leer (que forma un todo con el de ayer), Lucas relata dos enseñanzas de Jesús sobre la oración que también tenemos en Mateo, es decir, el Pater y la exhortación: "pedid y recibiréis... etc.". Y entre estas dos enseñanzas, Lucas sitúa otra enseñanza de Jesús, que es la única que relata: la del amigo inoportuno, que acabamos de leer. Detengámonos un momento en esta pieza.  

6 de octubre de 2025 – Lunes de la 27ª semana del tiempo ordinario, año par

Jon 1, 1 – 2, 1.11; Lc 10, 25-37

H O M E L I A

Este relato tan vivo, tomado del Evangelio de Lucas, que acabamos de leer, comienza con una importante pregunta que le hace a Jesús un doctor de la Ley. Era una pregunta muy buena, personal y práctica. De hecho, no dijo de forma abstracta: «¿Cuál es el mandamiento más importante?», sino: «¿Qué debo hacer?». Jesús le respondió: «Tú eres doctor de la Ley; debes saberlo. ¿Qué lees en tu Ley?». Y el hombre da la respuesta correcta: «Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma, con todas tus fuerzas y con toda tu mente, y a tu prójimo como a ti mismo». «¡Muy bien!», dice Jesús. «Haz esto y tendrás vida eterna». El doctor considera que el diálogo ha terminado de forma un poco brusca y formula otra pregunta: «Pero entonces... ¿quién es mi prójimo?».

8 de octubre de 2025 -- Miércoles de la semana 27

Jon 4, 1-11; Lucas 11:1-4.

Homilía

          Juan el Bautista, al igual que otros maestros espirituales de su tiempo, incluidos los fariseos y saduceos y los doctores de la Ley, enseñaba a sus discípulos métodos, gestos y fórmulas de oración. Así que los discípulos de Jesús, muchos de los cuales habían sido discípulos de Juan, le pidieron un día que les enseñara a orar "como Juan enseñó a sus discípulos". Sin duda les desconcertaba el hecho de que a menudo veían a Jesús retirarse, sobre todo de noche, para orar en secreto, pero que no les enseñaba ningún método ni fórmula. La respuesta de Jesús, resumida en lo que llamamos el "Padre Nuestro", no es una "fórmula de oración" que les invita a repetir, sino una rica enseñanza sobre lo que es la oración. (En general, los exegetas aceptan que esta versión del Padrenuestro de Lucas, más corta que la de Mateo, es la más original).

4 de octubre de 2025 Sábado, 26ª semana

Ba 4,5-12.27-29; Lucas 10,17-24

Homilía

Queridos hermanos,

          El Evangelio de hoy está tomado de la serie de enseñanzas que Lucas recoge durante la subida de Jesús a Jerusalén, que hemos estado leyendo durante unos días, y que comienzan enumerando las exigencias radicales del seguimiento de Cristo: "El que pone la mano en el arado y mira hacia atrás no es digno de mí...". Luego Jesús envía a sus discípulos en misión, de dos en dos. Y cuando regresan, regocijados por su éxito -han conseguido expulsar a los espíritus malignos-, Jesús les recuerda que esto les ha sido concedido. Y se les ha concedido porque lo dejaron todo para seguir a Cristo y se hicieron "pequeños".