Homilías de Dom Armand Veilleux en español.

08 de julio de 2025 - Martes de la 14ª semana

Génesis 32:23-32; Mateo 9:32-38.

H o m i l í a

            En el Evangelio de hoy vemos en primer lugar a Jesús curando a un sordomudo. Evidentemente, esto despierta la admiración de la multitud, pero también el odio de los fariseos, que afirman que Jesús expulsa los demonios por el poder de los demonios. A diferencia de los Apóstoles, que un día quisieron hacer caer fuego del cielo sobre los que no habían recibido su mensaje, Jesús ni siquiera responde. Simplemente se alejó y fue a las ciudades y pueblos de los alrededores, dando la buena noticia en las sinagogas, proclamando el evangelio del reino y curando a los enfermos.

7 de julio de 2025 - Lunes de la 14ª semana

Génesis 28:10-22a; Mateo 9:18-26

H o m e l i a

            El relato evangélico que acabamos de escuchar está muy bien construido. Casi todos los detalles están cargados de significado simbólico; y ciertamente no percibiremos todo el mensaje si lo leemos simplemente como una hermosa "historia". La historia sólo está ahí para apoyar el mensaje; y ese mensaje es sobre la vida y su restauración.

4 de julio de 2025 - Viernes de la 13ª semana del tiempo ordinario

Gen 23:1-4, 19; 24:1-8, 62-67; Mt 9:9-13

Homilía

            En su respuesta a los fariseos que se escandalizaban de que comiera con recaudadores de impuestos y pecadores, Jesús cita explícita y literalmente una palabra que el profeta Oseas había puesto en boca de Dios: "Quiero amor, no sacrificios, conocimiento de Dios, más que holocaustos". "(Oseas 6:6).

6 julio 2025, 14ª domingo del Tiempo Ordinario "C"

Is 66, 10-14; Ga 6, 14-18; Lc 10, 1---20

Homilía

Tenemos en el Evangelio dos versiones del envío por parte de Jesús a la misión. La primera, común a los tres Evangelios Sinópticos, se dirige a los doce Apóstoles; la segunda, más larga, versión que acabamos de escuchar, y que es propia de Lucas, se dirige a los setenta y dos discípulos.

3 de julio de 2025 - Fiesta de Santo Tomás

Ef 2:19-22; Jn 20:24-29

Homilía

          Cada uno de los evangelistas nos ha relatado a su manera los acontecimientos que siguieron a la resurrección de Cristo. No debemos tratar de conciliar su cronología de los hechos. En realidad, no les interesa la cronología y no intentan darnos una descripción exacta de los hechos. Más bien, quieren darnos una visión teológica. Lucas, que organiza su Evangelio en torno a Jerusalén y el Templo, extiende los acontecimientos posteriores a la resurrección a lo largo de cincuenta días, correspondientes a la liturgia judía. Juan, teólogo místico de mirada penetrante, reúne casi todos estos acontecimientos en un solo día, el de la resurrección propiamente dicha.

5 de julio de 2025 - Sábado de la 13ª semana ordinaria

Gn 27, 1-5.15-29; Mateo 9:14-17

H o m i l i a

Los primeros capítulos del Evangelio de Mateo describen los inicios de la actividad misionera de Jesús. Desde el principio, el joven rabino y sus discípulos empezaron a sorprender a todos. Por supuesto, la gente empezó a darse cuenta de que Jesús había venido a traer algo nuevo. Sus milagros, sus enseñanzas, el poder que dice tener para perdonar los pecados... todo ello causa un gran revuelo en toda Galilea. Todo el mundo quiere verlo y escucharlo.

1 de julio de 2025 - Martes de la 13ª semana ordinaria

Gen. 19, 15-29; Mt 8, 23-27

Homilía

          Los discípulos -al menos algunos de ellos- eran marineros de profesión. Su error, en el Evangelio de hoy, fue que no quisieron asumir su responsabilidad, que era controlar su barca en la tempestad. No tenían control sobre las fuerzas de la naturaleza, pero sí sobre su barca. Jesús durmió, después de un agotador día de predicación, porque tenía confianza en sus discípulos, que eran pescadores experimentados que habían pasado por muchas tormentas en el caprichoso lago de Galilea. Les dejó hacer su trabajo. Al fin y al cabo, él era carpintero, no marinero. Los discípulos sabían mejor que él lo que había que hacer en tales circunstancias. Jesús sabía también que, mientras ellos cuidaban de su barca, otro cuidaba de los vientos y del mar. Ese otro era su Padre. Y en su nombre, tras ser despertado por los discípulos, gritó a los vientos y al mar que se calmaran.