1 de abril de 2024 - Lunes de la Octava de Pascua
Hechos 2:14-22b-33; Mt 28:8-15
Homilía del lunes de la semana de la Octava de Pascua
Las lecturas bíblicas que se nos ofrecen en las celebraciones eucarísticas de esta semana de la Octava de Pascua son excepcionalmente ricas.
Cada Evangelio del día presentará una aparición de Jesús después de su Resurrección, llevándonos del Evangelio de Mateo al de Juan, luego al de Lucas, sin olvidar el de Marcos. Hoy se trata del encuentro de Jesús con el grupo de mujeres que, en la mañana de Pascua, había acudido al sepulcro y lo había encontrado vacío. Mañana leeremos sobre su encuentro con María Magdalena en el jardín. Al día siguiente será su encuentro con los discípulos en el camino de Emaús. El jueves, se mostrará a los Once, mientras que los discípulos de Emaús les contarán su encuentro con Él. Finalmente, el sábado, Jesús se encuentra con los discípulos en la orilla del lago Tiberíades y come con ellos pan y pescado.
Al mismo tiempo, la primera lectura de cada día transcurrirá en paralelo como una película más, con escenas ambientadas cincuenta días después. Vemos a Pedro hablar valientemente a la multitud después de Pentecostés, luego realizar su primera curación con Juan en nombre de Jesús y sufrir por primera vez en la cárcel, también en Su nombre. Este primer anuncio de Jesús a la multitud por parte de Pedro y Juan constituye el inicio del ministerio de la Iglesia primitiva, cuya génesis y primeros desarrollos nos mostrará la liturgia de todo el Tiempo Pascual hasta Pentecostés.
La primera lectura de hoy, del Libro de los Hechos, comienza con las palabras: "El día de Pentecostés, Pedro se levantó con los demás apóstoles y alzó la voz...". Estamos inmediatamente bien situados: Los Apóstoles fueron transformados por la venida del Espíritu Santo sobre ellos el día de Pentecostés. Los que habían huido y se habían escondido en el momento de la Pasión de Jesús, y que habían permanecido medio creyentes, medio incrédulos en el momento de las apariciones de Jesús, son ahora hombres valientes que no dudan en enfrentarse a la multitud. Pedro ya no es el fanfarrón que negó a Jesús. Ahora está "con los once", uno de ellos. Juntos dan testimonio.
En el Evangelio de hoy, ambientado en la mañana de la Resurrección, Jesús se presenta primero al grupo de mujeres que habían sido parte importante de su grupo de discípulos durante su vida pública. Es a ellas a quienes Jesús da su primera misión apostólica. Primero las envía a los Apóstoles para decirles que Jesús les espera en Galilea. Es allí donde, en cierto modo, todo comenzará... justo cuando parecía que todo había terminado.
Armand Veilleux