25 de enero 2025- Fiesta de la Conversión de S. Pablo
Homilía
Hoy es el último día de la Semana de Oración por la Unidad de los Cristianos, ya que celebramos la fiesta de la Conversión de san Pablo.
En la primera lectura de la misa, tenemos una descripción de la vocación de Pablo. Aunque no hayamos recibido una misión profética similar a la de Pablo, nosotros también hemos sido llamados por el Señor desde nuestro nacimiento, y el Señor nos ha dado a cada uno un nombre particular, y nos ha muchas veces llamado a la conversión.
Hemos sido llamados a la fe y al bautismo. También hemos sido llamados a la vida monástica en una comunidad específica. Esto es lo que hemos agradecido al Señor, siguiendo la invitación del Papa Francisco de mirar a nuestro pasado religioso con gratitud. Sin embargo, ciertamente hay cosas en ese pasado que debemos someter a la misericordia de Dios. Por tanto, eso es una parte de lo que cada uno de nosotros tiene que hacer: examinar nuestra fidelidad a nuestra llamada. Tenemos que hacerlo como individuos y como comunidad.
El Evangelio que acabamos de leer es la narración de la última charla misionera de Jesús a sus once apóstoles, antes de su Ascensión, al final del Evangelio de Marcos.
Lo que celebramos hoy es, en primer lugar, la misericordia de Dios hacia Pablo y sólo en segundo lugar su respuesta a esa llamada de misericordia.
Así que, mientras examinamos juntos nuestro presente y el de nuestra comunidad, estemos atentos a la obra de Dios en nosotros. Y mientras abrazamos nuestro futuro pongamos toda nuestra esperanza en la amorosa misericordia de Dios más que en nuestros propios planes y capacidades.
Si el Señor no construye la casa... en vano trabaja el obrero.