Homilías de Dom Armand Veilleux en español.

15 de julio de 2021 - Jueves de la 15ª semana impar

Ex 3:13-20; Mateo 11:28-30

Homilía

Seguimos leyendo el capítulo 11 de Mateo, donde éste ha reagrupado varios dichos breves de Jesús.  Algunas de estas palabras han sido colocadas en otros lugares por los otros evangelistas; y otras, como la que acabamos de leer, son exclusivas de Mateo.  Sería inútil tratar de encontrar la situación precisa en la que estas palabras fueron pronunciadas por Jesús.  Son pequeños textos o relatos aislados que circularon en la Iglesia primitiva antes de ser agrupados en nuestros Evangelios.  Tienen valor y fuerza en sí mismos, independientemente de cualquier contexto.

          En el breve texto de hoy, Jesús contrasta su Ley del amor con el pesado y severo legalismo de los fariseos y los doctores de la Ley.  No es raro escuchar este texto interpretado de forma espiritual, incluso sentimental, instándonos a refugiarnos en el Señor cada vez que nos sintamos un poco decaídos, agobiados o que nuestros hermanos o hermanas no sean amables con nosotros.  Por supuesto, no hay nada malo en hacerlo. Pero el significado original de las palabras de Jesús es un poco diferente.

El "yugo" era una expresión tradicional en el Antiguo Testamento para denotar la Ley.   Cuando Jesús dice "Venid a mí todos los que estáis agobiados" se dirige a los que están oprimidos por las interpretaciones de la Ley impuestas por los escribas y fariseos.  Recordemos su invectiva: "Ay de vosotros, los abogados, porque cargáis a la gente con cargas imposibles de soportar y vosotros mismos no tocáis estas cargas con uno de vuestros dedos."  A los que están así oprimidos, les promete en primer lugar el descanso de sus almas.

          Les invita a tomar su ley ("tomad mi yugo"), su ley de amor, y a convertirse en sus discípulos ("sed mis seguidores"), porque Él es manso y humilde de corazón.  Luego repite que los que toman este yugo sobre sí mismos encontrarán descanso.  ¿Por qué? - Porque este yugo, o ley, es fácil y la carga que pone sobre los hombros de sus discípulos es ligera.

          Así pues, no veamos en la Ley del Evangelio, ni en las leyes de la Iglesia, ni en los reglamentos de nuestra vida monástica, pesadas cargas que debemos llevar por la ascesis para ganar méritos, sino expresiones concretas de una ley de amor que debe liberarnos y permitirnos correr con un corazón libre y dilatado, como dice San Benito, por los caminos del Evangelio. 

 

14 de julio de 2021 - Miércoles de la 15ª semana impar

Ex 3:1-6. 9-12; Mt 11:25-27

HOMILÍA

El Evangelio que acabamos de leer (y que forma un todo con el que leeremos mañana) incluye algunos puntos de contacto con el Magnificat de la Virgen María, que son muy interesantes y sumamente reveladores.

11 de julio de 2021 -- Solemnidad de San Benito

Prov. 2,1-9; Colosenses 3,12-17; Mateo 5,1-12ª

Homilía

          En los monasterios que viven según la Regla de San Benito, hoy celebramos la Misa y el Oficio de San Benito, aunque sea domingo.

13 de julio de 2021, martes de la 15ª semana del año impar

Ex 2,1-15; Mt 11,20-24

H o m e l i a

Los textos de esta Eucaristía nos hablan de la debilidad y del poder, de la debilidad humana y del poder de Dios.  En la primera lectura, del Libro del Éxodo, vemos la debilidad del pueblo judío dentro del imperio egipcio, en particular la debilidad de Moisés como bebé en una cesta sobre las aguas del Nilo, y el poder con el que Dios liberará a su pueblo de Egipto a través del ministerio de Moisés.

10 de julio de 2021 - Sábado de la 14ª semana Génesis 49:29-33; 50:15-24; Mat 10:24-33

Homilía

           En la última de las bienaventuranzas (Mt 5,10-12), Jesús declaró bienaventurados a los que son perseguidos por causa de la justicia.  Bienaventurados sois -dijo- cuando os insulten y os persigan y digan toda clase de mal contra vosotros falsamente por mi causa. "Y añadió: "Así es como fueron perseguidos los profetas anteriores a vosotros. "El pasaje evangélico que acabamos de leer comenta y explica de alguna manera esta bienaventuranza

12 de julio de 2021 - Lunes de la 15ª semana

Ex 1:8-14.22; Mt 10:34--11:1

Homilía

           Este Evangelio es un poco desconcertante, como suele serlo el Evangelio.  La última parte, sobre la acogida del otro, y especialmente la acogida del mensajero de Cristo, es tranquilizadora y fácil de entender.  Sin embargo, la parte central del texto, que dice "Quien ama a su padre o a su madre más que a mí no es digno de mí" es más difícil de entender.  Es como si hubiera una competencia entre los dos amores.  Esto no concuerda con la imagen de Dios que suele darnos Jesús.

9 de julio de 2021 -- Viernes de la 14ª semana (año impar)

Génesis 46:1-7. 28-30; Mt 10:16-23

Homilía

Queridos hermanos y hermanas,

           Hace dos días, el Presidente de Haití fue brutalmente asesinado en su casa durante la noche.  Las crónicas de los periódicos están llenas de estos actos de violencia en todo el mundo.

           Tal vez la primera lectura de la misa de hoy pueda ayudarnos a leer esos acontecimientos en una perspectiva más amplia: la perspectiva de los planes de Dios para la humanidad.  Dios nunca quiere que el mal ocurra; y decir que Dios permite que el mal ocurra es incluso una expresión demasiado ambigua.  Pero Dios, en su misericordia, sabe utilizar nuestros errores e incluso nuestros pecados para llevarnos a una nueva fase en nuestra relación con Él, en nuestra historia de salvación.

           La situación económica en Ur de Caldea -el actual Irak- había obligado a Abraham a exiliarse a la tierra de Canaán, donde él, su hijo Isaac y su nieto Jacob habían prosperado. La prosperidad de Jacob se vio entristecida por la pérdida de su hijo José, a quien sus hermanos habían vendido a los mercaderes en su camino a Egipto en un momento de celos y odio.  Pero, como sabemos, José fue bendecido por Dios y se convirtió en un hombre poderoso en Egipto. Salvó a sus hermanos, a su padre y a todas sus familias cuando estalló la hambruna en Canaán. Y ya conocemos el resto de la historia.  Los judíos no sólo prosperarán en Egipto, sino que después de ser esclavos de los egipcios serán liberados por Dios de esa esclavitud en los acontecimientos que conmemoramos especialmente durante la Vigilia Pascual de cada año. 

           Si observamos la historia de nuestra vida personal y de nuestra vida comunitaria con espíritu de fe, nos daremos cuenta fácilmente de que los acontecimientos que nos resultan muy dolorosos cuando ocurren se convierten en oportunidades para nuevas bendiciones y nuevo crecimiento.  Durante esta Eucaristía, pidamos para cada uno la gracia de poder mirar todos estos acontecimientos personales y comunitarios con los ojos de la fe, y leerlos como momentos de una larga historia de salvación y de amor.