4 de mayo de 2024 - Sábado de la 5ª semana de Pascua
Homilía
Las lecturas de la Eucaristía en este tiempo de Pascua son excepcionalmente ricas. Por un lado, en el Evangelio, leemos las últimas recomendaciones de Jesús a sus discípulos en la última comida que tuvo con ellos, tal como las relata Juan; y por otro lado, las lecturas de los Hechos de los Apóstoles nos dan una imagen muy viva de la Iglesia primitiva, donde todo evoluciona a una velocidad bastante excepcional. Uno de los aspectos de esta evolución que me parece más fascinante es ver cómo todo el futuro de la Iglesia está ligado a la historia personal de unos pocos individuos. (Esto será así durante toda la historia de la Iglesia). A lo largo de la narración de los Hechos, la figura central es, obviamente, la de Pablo, pero me parece aún más fascinante, en cierto modo, la figura de Bernabé, sin la cual quizá nunca se hubiera conocido a Pablo.