Homilías de Dom Armand Veilleux en español.

18 de marzo de 2022 - Viernes de la 2ª semana de Cuaresma

Gen 37, 3-4. 12-13. 17-28; Mateo 21:33-43. 45-46 

Homilía           

Las dos lecturas de esta misa hablan de violencia.  En la lectura del Antiguo Testamento, once de los doce patriarcas de Israel cometen violencia contra su hermano.  En su parábola, Jesús habla de la violencia ejercida contra él por los sumos sacerdotes y los ancianos del pueblo. En ambos casos, Dios pudo sacar la salvación del pecado del hombre.

17 de marzo de 2022 - Jueves de la 2ª semana de Cuaresma

Jeremías 17:5-10; Lucas 16:19-31

Homilía.

            Un aspecto importante de la historia que acabamos de escuchar -y así ocurre con casi todas las parábolas de Jesús- es que simplemente nos enfrentamos a los hechos, y que nosotros -como oyentes inmediatos de Jesús- debemos deducir lecciones y reglas de vida a partir de esos mismos hechos.  El Evangelio nos da los datos en bruto y deja que cada uno de nosotros saque las conclusiones para su propia vida, y todos juntos, para nuestra sociedad. 

Lunes, 14 de marzo de 2022 - Lunes de la 2ª semana de Cuaresma

Daniel 9:4-10; Lucas 6:36-38

Homilía

Queridos hermanos,

            La conversión, tal como se nos presenta en los Evangelios, tiene dos elementos esenciales: primero, la convicción de que somos pecadores, de que hemos sido infieles al amor de Dios y de que necesitamos el perdón y la curación, y segundo, la convicción no menos fuerte de que Dios es misericordioso, de que no desea otra cosa que perdonarnos y de que quiere que volvamos a él.  Todo esto lo encontramos en el hermoso texto del profeta Daniel: "A nosotros la vergüenza en el rostro... porque hemos pecado... Al Señor nuestro Dios, misericordia y perdón".

16 de marzo de 2022 - Miércoles de la 2ª semana de Cuaresma

Jeremías 18:18-20; Mateo 20:17-28

Homilía

Apenas estamos en la mitad de la segunda semana de Cuaresma, y ya se vislumbra en el horizonte la sombra de la cruz, pero también la luz de la resurrección.  Jesús comienza su larga ascensión hacia Jerusalén, que le llevará al Calvario, y empieza a preparar a los Doce para estos trágicos acontecimientos, pero ellos no lo entienden.  Esperan que, de alguna manera, Jesús establezca un reino terrenal, y todos piensan en su lugar en este nuevo universo político.  Los dos hijos de Zebedeo traen a su "madre" para conseguir buenos puestos en el gobierno de Jesús.  Jesús aprovecha la ocasión para dar a todos, una vez más, una lección sobre el sentido de la autoridad concebida como servicio y no como poder.

13 de marzo de 2022 - 2º domingo de Cuaresma "C

Gn 15:5...18; Fil 3:17-4:1; Lc 9:28-36

Homilía

           Cuando Jesús, en los momentos importantes de su vida, desea encontrarse con su Padre en intensa oración, se retira a la soledad, yendo a menudo a las montañas.  El acontecimiento narrado en el Evangelio de hoy es uno de esos momentos importantes.  Jesús estaba más o menos en la mitad de su vida pública.  La primera parte de su ministerio había estado marcada por un gran éxito: las multitudes le habían seguido con entusiasmo y esperanza.  Poco a poco, esas mismas multitudes lo abandonaron y los dirigentes del pueblo lo querían muerto.  Debe elegir con lucidez qué tipo de mesías está llamado a ser. No debe tratar de satisfacer las expectativas de las multitudes sobre él; debe aceptar la muerte antes que comprometer su misión.  Esto es lo que le lleva, una vez más, a la montaña para encontrarse con su Padre en oración.

15 de marzo de 2022 - Martes de la 2ª semana de Cuaresma

Isaías 1:10,16-20; Mateo 23:1-12

Homilía

            Es raro que Jesús hable con tanta severidad.  Él, que es tan misericordioso ante la debilidad humana, se vuelve extremadamente severo ante la explotación del hombre por el hombre y ante el orgullo que consiste en atribuirse títulos y honores que están reservados a Dios. 

12 de marzo de 2022 - Sábado de la 1ª semana de Cuaresma

Dt 26, 16-19; Mt 5, 43-48

Homilía

Ya en el Antiguo Testamento, como podemos ver en nuestra lectura del libro del Deuteronomio, la obediencia a Dios no era simplemente la observancia temerosa de un conjunto de normas.  Por supuesto, había muchos "mandatos y estatutos", pero había que observarlos con el corazón y el alma.  Esa observancia era parte de una relación con Dios.  Era un acuerdo entre Dios y el pueblo, una alianza: Yahvé sería su Dios, y ellos serían su pueblo.  En cuanto al pueblo, debía caminar por los caminos de Dios.